lunes, 21 de diciembre de 2015

https://www.youtube.com/watch?v=cRtlW8JWel8



Siento que llego al extremo de todo cuando me canso tanto psicológicamente que termino cansada físicamente también. Me parto la cabeza pensando una solución, rechazando el aceptar que yo no puedo aportar nada para solucionar esto.
Que te impongan cosas de afuera es lo peor que te pueden hacer. Son una hormiguita contra un león. O al menos así me siento yo hace meses. Y son constantes las ganas de no seguir más con nada, de encerrarme hasta verme obligada a salir o en consecuencia enfrentar un riesgo aún mayor. Pero me pongo a pensar y básicamente es lo que hago todos los días. Encerrarme y no hacer nada.
Ya pasó a dejar de ser tristeza. Directamente me siento enferma, sin ganas de nada, dándome todo por igual. No quiero ni siquiera ver a mis amigas, ni charlar con nadie.
Me siento una carga para todos. Para toda la gente que me quiere -fuera de mi familia-.
Siento que los arrastro conmigo porque no puedo darles nada. Que se encariñan conmigo al pedo; y eso me hace sentir una mierda. No poder hacer nada. No poder devolverles lo mucho que me dan.

Ya no encuentro solución a nada. Me quiero encerrar a pudrirme de por vida.